El azul en tu mirada, espejos de mar
y sueños en calma.
La sed es la ilusión de beber, en el borde
de tus labios, la miel de tus besos.
Te contemplo, pequeña y grácil,
con tus pechos de nata y ambrosía
rozando tu blusa, queriendo escapar
de su encierro, para dibujar esferas
en el firmamento.
Tal vez nunca tenga acceso a ti, pero adoro
tu sonrisa, diluyendo los gestos agrios
de la gente y tus sorprendidas orejitas,
asomando a través de tu rubio cabello,
como monedas entre un boscaje de oro.
Amo tu presencia y aún, sin tú saberlo,
adoro tus brazos torneados, descendiendo
sobre tus caderas de nácar,
hechas de suspiros, para quien te contempla.
Tu cabeza oscila con un gesto mimoso
y rebosas sensualidad.
Eres el ave de mis sueños, la flor que nace
y crece en mi corazón...
Por eso amo tu presencia.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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