Vacío y lleno. Vacío de esperanza
y lleno de dudas.
La vida pesa con los años y sus apóstrofes,
para tildar la existencia y apuntalar
el tiempo que nos queda y hacerlo
soportable.
La soledad y la tristeza son vecinas
y escapan del engranaje de una rutina
aún peor, con una insoportable filosofía
del vacío en el alma, ante la creación
de nuevas necesidades, que antes
no precisábamos.
El mundo vuelca su caldo primordial
de hierro fundido, en la ceguera de cuenco,
del que bebemos
cada segundo de inconsciencia .
La vida pesa con su incesante martilleo
de voces adoctrinadas y decretos injustos,
que se hacen ley de sangre y fuego.
Atónitos, son los ojos que siguen
contemplando la muerte y piensan
que la vida nos conduce al cadalso
de nuestras propias acciones.
Escrito en Marzo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario