en su mudez atacan la calma en la desgana,
silencios en la piel de los horrores,
dolor que, de la herida no se sana.
Silencios del vacío en el sepulcro
del alma, que abandona el cuerpo inerte,
acción que nos demuestra el tacto pulcro,
que queda en el vacío de la muerte.
Silencios de un estruendo que oneroso,
procede en su labor, al estallido,
de todo lo que guarda generoso,
dejando la mudez de su sonido.
Silencios que en la boca se marchitan,
que nunca se delatan, y al oído
ignoran, porque sólo resucitan,
por un breve murmullo en el sonido.
Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.