sábado, 18 de enero de 2025

Nada muere eternamente.

No digáis que acabó su vida, tan sólo 
se detuvo un instante en la reflexión.
Voló con un pensamiento fijo, hacia otras lindes no resueltas, 
a punto de descubrirse,
bajo el misterio de una hoja que,
 oculta su envés a los rayos del sol,
para proteger el aliento de vida,
 de su clorofilada existencia.


No mencionéis su nombre en pretéritos cauces, 
no caminados, no soñados, 
tan sólo percibidos en la imaginación.
Nada muere, dentro de la hermética nuez
de la memoria.


Vestid vuestros recuerdos con blancos hábitos 
y navegad en la luz, en ese radial que gira
en torno de los destinos, pronunciados 
como sentencias no resueltas, no declaradas.


A buen juicio, se perpetúa una imagen,
que fluye entre las sombras 
de una noche eterna, para descubrir 
su cuerpo desnudo, ante la luz 
de un nuevo amanecer.

Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.



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