viernes, 24 de enero de 2025

Siempre amanece un sol en tu corazón.

¿Quién se atreve a negar su linde ahora?
Si habéis visto brillar, al despuntar 
el día, cuando empieza a caminar 
el sol, entre los rayos de la aurora.


Sus ojos llevan brillo en su mirada 
y el fuego que nos quema, nos provoca 
una insaciable sed que, a nuestra boca,
acude en una calma deseada.


El día nos parece revelar 
el vuelo de las aves pasajeras,
que portan en sus alas mensajeras,
el canto que debemos escuchar.


Su vuelo es la majestuosidad,
que ansiamos a lo largo de esta vida,
sabiendo que, tal vez quedó perdida 
la ruta hacia nuestra libertad.


Sabed que, bajo el cielo está el camino,
si alzamos nuestra vista, al contemplar 
la línea que separan cielo y mar,
trazando un horizonte o un destino.


Sabed que, todo surge en la emoción,
pues al rayar el día, alza el vuelo 
el ave que, perdiéndose en el cielo,
su trino nos recuerda una canción.


Que todo llevará a la conclusión,
del día, que se muestra y amanece,
como un bello presente, mientras crece 
la luz, desde ese lóbrego rincón.


La vida, cada día nos sorprende
con una diferente perspectiva,
pues siempre permanece, aún más viva.
y es algo, por fortuna, que se aprende.


Vivimos entre sombras, esperando 
la luz que nos despeje toda duda,
la vida es caprichosa y siempre muda,
pero un amanecer va despuntando.


El sol habita en ti, por la emoción,
de ver que pasa el tiempo, disfrutando
toda esa luz, que vamos desmembrando 
para guardarla en nuestro corazón.

Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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