bajo la espesura de la sombra bruna,
sobre el esplendor de tus ojos.
Ojos marinos, olas en el vaivén
de las emociones.
Lágrima viva que se mece en las mareas.
Ala volátil de cuervo en ciernes, atrapada
por un vuelo de palomas.
Si, es esa ternura de ave nívea, la que cautiva
mi alma, estrellándome sobre los arrecifes
de tus caderas.
Es esa presencia núbil, que asalta la razón
con su belleza.
Esa demarcación de la ilusión,
hacia lo imposible, para trepar (a duras penas)
hacia la cima de tus senos, alcanzando
un cielo de leche y miel, o ese fresón cautivo,
que tus labios me ofrecen
en cada beso furtivo.
Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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