En su confluencia, se producen las chispas
de la ira, ante el temor por desconocimiento
de saber quién le dedica o enfrenta su mirada.
Temerosos, se esconden en el interior
de sus cuencas y sólo se elevan en un enfrentamiento verbal, con truenos
y maldiciones, al sentir el frío en la desnudez
de sus almas.
Los ojos de pedernal, expresan una dureza
inusual, al desconocer la fragilidad del espíritu
de la piedra, y divagan entre el bien y el mal,
quemándose sus razonamientos en la hoguera
de sus propias dudas.
Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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