y lo que en su día has hecho,
en el surco del barbecho,
tal vez lo hayas olvidado
y en tu memoria, el arado
es algo que no tendrás.
Dejaste de ser quien fuiste,
(El fruto de esa inquietud,
que marcó tu juventud)
aunque tú, no lo quisiste.
Tantas vidas, tantas muertes,
fueron en cada ocasión,
como una resurrección,
en tu camino y tus suertes.
Nadie quedó sobre el lienzo,
se ha borrado la pintura,
la travesía fue dura
desde tú pueril comienzo.
Descubriste en su color,
la obra que ibas plasmando
y se fue deteriorando
al marchitarse el amor.
Mantuviste tu verdad
y fuiste evolucionando,
pero atrás se fue quedando,
surgiendo otra realidad.
Otra vida en otra edad
otro impulso, en el momento
que mantuvo un sentimiento
pese a una gran soledad.
En tu soledad, te hallaste,
por esa conversación,
que es soliloquio en acción,
porque por fin, te encontraste.
Pasamos toda una vida,
sin encontrar la respuesta
pero así ha de ser la apuesta,
esté ganada o perdida.
Para bien o para mal,
no mires hacia el pasado,
porque si eres descuidado,
quedas convertido en sal.
Escrito en Enero 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario