Tu rostro tiene la luz
que mi alma necesita,
el color justo, que excita
para perder la virtud.
Si acaso virtud fuera
el silencio y la condena
de estar sumido en la pena
de la soledad más fiera.
Si es pecado hallar el gozo
entre tus brazos ardientes,
soy pecador reincidente
y ni apenas me sonrojo.
Busco tu luz, para amar
tu secreta claridad
y no quiero otra verdad
en que me pueda entregar.
Escrito en Diciembre de 2014 por Eduardo Luis Diaz expósito."zuhaitz"
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