igual que la lluvia en gotas
y cuando vienen, los notas,
porque ya, no se despegan.
Es una tristeza extraña
con cierta melancolía,
un poso que, cada día,
dentro del alma se empaña.
No es un grito, ni un lamento,
hay un vacío insondable,
que mantiene perdurable
este extraño sentimiento.
Un año se ha terminado,
con él, cada ser querido,
que ha dejado su latido,
en mi corazón ajado.
Sé muy bien, que así es la vida;
si tenemos que partir,
termina nuestro vivir
y amarga es la despedida.
No encuentro otra explicación,
para esta agridulce escena,
que no es tristeza, ni pena,
es la nueva sensación,
que queda, tras de una ausencia
y deja en nuestra conciencia,
tintes de desolación.
Una nueva dimensión,
que asimilar en la vida,
sintiendo en el corazón,
que al igual, que todo crece,
luego al fin, desaparece,
dejando una nueva herida.
Escrito en Diciembre 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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