martes, 11 de noviembre de 2014

A pecho descubierto

La serpiente muda de piel,
cuando la mañana cambia sus aromas
 y la rosa transmuta su dolor tardío
en rojo carmesí.

Nos veremos, cuando en la fiesta final
se paren todos los relojes
y las máscaras se rompan
irremediablemente contra el suelo.

Entonces veremos, sin escudos
donde reside tu fortaleza.

Escrito en 1998 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz"



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