lunes, 14 de mayo de 2018

El óxido que transmuta la juventud 

La vida va dejando su sedimento de años,

en ese fondo inconcreto de nuestra

existencia.

Se acumula y se agolpa toda la juventud 

con su inconsciencia, hasta que se oxida

y todos los recuerdos dulces, se tornan agrios,

tal vez por el peso de las añoranzas.


Queda un rastro gris, sobre todas las cosas,

que no hicimos y pretendimos hacer 

y se van ralentizando nuestros pasos,

a medida de que el tiempo se agota antes,

va más rápido.


Tal vez, no apresuramos el paso,

al ver tan cerca un fin inevitable,

que nos espera con esa  sórdida calma

de quien está seguro de su pronóstico final.


Cuando el arroyo se convierte en remanso,

aparece el musgo en su superficie 

y en esa  quietud, camina la muerte

con paso seguro y sin prisas.


Escrito en Mayo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".



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