Al borde del camino, me detengo
y he topado en esta encrucijada
de pensar que existir, no vale nada
y en azares de amor, yo me entretengo.
No sé, si acaso voy o sólo vengo,
absorto en la pupila dilatada,
tantas veces de amar, por ti negada,
que sólo en mi memoria la sostengo.
Me quedan mi dolor y mi firmeza
y un ápice de luz, en la esperanza,
que se abre como un diáfano consuelo.
No he de perder por ti, ya mi cabeza,
pues tengo en mi mismo confianza
de hallar en otro azul el mismo cielo.
Escrito en Mayo 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
No hay comentarios:
Publicar un comentario