sábado, 5 de noviembre de 2022

Un agitado sueño, durante una fría noche.

La noche ignota se bebe la luz
y desaparece como bruma que pierde
sus albos cabellos, ante el susurro del  viento.
En la lejanía, apenas  los párpados captan  
pequeños destellos o briznas de luz,
durante un leve parpadeo.
Se cierne sobre sí misma, la noche toda
y el frío  invernal, viste de armiño los campos.
La Luna, con su pupila amarilla, 
traza contornos, sobre los árboles, 
que parecen aullar durante su insomnio.


La noche vacía su cáliz de ausencias 
y el silencio se tiñe de nostalgias. 
El rastro del día se pierde sobre su negro 
asfalto y las voces se apagan lentamente,
desapareciendo bajo una densa capa 
de olvido.


Hay un olor a brea y calma sobre su misterio,
al cerrar la palma de su mano, para atrapar 
todas las estrellas posibles.
Todos duermen, ajenos a sus problemas 
cotidianos y sus sueños, agitan los élitros 
de su subconsciente, originando 
pesadillas, durante el tormentoso viaje 
a la inconsciencia y esa salida de la linea
de flotación de una realidad en la que 
nos hallamos sumergidos.


Escrito en Noviembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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