sobre las vidrieras. Son las gotas de lluvia,
que se precipitan en el misterio de una tarde,
que agoniza lentamente.
Cae desde el tejado más alto, un gato negro
preñado de ausencias, por la melancolía
que infunde la inmensa esclerótica amarilla
de una Luna, que brilla amenazando
transformarse, en la guadaña que siega
cada uno de los días.
Entrará un pavor inexplicable y en la penumbra
se sepultará al último asesinado,
mientras dormía apaciblemente.
Su alma triste, era una sepultura vacía.
Fría y húmeda cavidad que se fue helando
sobre sus huesos, diluyéndose en la distancia
y olvidándose al despuntar el nuevo día,
ajeno a los terrores nocturnos.
Escrito en Febrero 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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