sábado, 28 de septiembre de 2024

La pérdida del estado puro en el ser humano.

Quien conoce la inocencia, conoce el estado 
puro del ser humano.
un alma sin fracturas y una conciencia limpia,
antes de llegar al desorden producido 
por la ambición desmedida y los vicios,
generados por los apetitos.


Esto ocurre, cuando ya nada se espera 
e intentamos llenar nuestros vacíos 
con objetos inútiles.
Se pierde la consciencia del mundo en la fe
y en el combate, perece lo mejor de nosotros mismos.


En la soledad de la noche se extravían 
nuestras mejores intenciones 
y entre sombras, emergen los fantasmas 
de nuestros peores temores.


No supimos que éramos libres y permitimos 
que fuéramos esclavizados en una cadena que, nosotros mismos forjamos.
Incapaces de observar nuestra imagen 
real en todos los espejos de la vida,
rompimos en pedazos, el frágil cristal 
que nos unía a nuestra auténtica realidad.


Errantes en la inconsciencia y merecedores 
del mal que exprimimos en nuestras almas,
por nuestros bajos instintos.

Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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