la música que en el alma nace
y el sentimiento subyace
en la armonía que emulan.
El sonido es trovador,
de un amor que se declara,
como agua límpida y clara
o el canto de un ruiseñor.
Siete notas concluyentes,
que ascienden al pentagrama,
cinco líneas y un programa
de armónicos adyacentes.
La música es bendición
de una voz, que magnifica,
aquello que dignifica
toda una composición.
Escrito en Septiembre 2024 por Eduardo Luis Díaz.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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