jueves, 21 de abril de 2011

Aprendid de hombre

En el umbral de la puerta, solitario
ojea en su quietud ávidamente
las hojas quebradas de un diario
deslizando su mirada fugazmente.

Busca en ellas la aventura...
...tan sólo encuentra horas vividas...
...repletas de dichas y amarguras.

Aplicarse vivencia ajena es inaudito
como contar los astros del infinito.

Nadie de este mundo podrá explicar
qué es la vida en todos sus matices,
no nos queda nada, sino caminar
y aún cuando cesamos somos aprendices.


Escrito por Zuhaitz en 1980

Publicado en el Libro de poemas " Glorias áureas" ISBN: 978-84-15176-55-8

Depósito Legal: BI-1461-2015

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