sábado, 23 de abril de 2011

Nana

¡Pequeño bribón, picaruelo!
que en tus días rosados
gateas por los suelos.
¡Duerme ya, que estás cansado!.

Que sueñen a tu lado
los juguetes más queridos,
que la noche sobre el tejado
las calles ha oscurecido.

El muy panfilote ha sonreido,
los ojitos con sus manos se ha frotado
y el polvo del sueño le ha cogido
cayendo en el sopor, acurrucado.

La Nana que su madre le cantaba
concluye con el más dulce sonido,
una nota con la boca muy cerrada.
¡Callad! Mi tesoro se ha dormido.

Zuhaitz 1981

Publicado en el poemario:
" Calles desiertas de la esperanza". ISBN: 978-84-15176-65-7
Depósito Legal: BI-701-2016

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