que niegan la humedad de la tierra
y el amor que se derrama en gotas
de fresca lluvia o besos cautivos,
en unos labios que arden
en el crepúsculo del deseo.
La noche acude con ojo amarillento
de luna enamorada del último
rayo de sol dormido en su regazo.
Amante y madre, que acuna los sueños
y mece la inquietud de prolongar el día,
hacia un lecho de estrellas
o traviesos guiños de mágicos empeños.
Soy un sueño que duerme, esperando
que en tu despertar, tus ojos llenen de luz, los días que me quedan por vivir.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito."zuhaitz".
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