miércoles, 19 de diciembre de 2018

Dios en el cuerpo de un niño 

El humo es distinto en la chimenea,

blanco y espeso, igual que la nieve,

cesó de llover y ya apenas llueve,

es tiempo de ilusión, para aquel que crea.


Sucedió un milagro, lejos, en Belén,

un niño nació como ángel divino,

la suerte del mundo cambiará su sino,

por signo de paz, de amor y de bien.


En un mundo hostil que muere en la espera,

el amor, sin duda es la solución 

y aunque esté en desuso cualquier oración,

no debe tomarse tan a la ligera.


La oración acerca y fija los planos 

más altos y nobles de toda conciencia 

y desde el olvido, vuelve la inocencia,

haciéndonos sentir algo más hermanos.


Jesús nos enseña, mientras va naciendo

que algo muy grande nos está  brotando 

y es la esperanza, que fuimos añorando 

que a la maldad del mundo va reduciendo.


¡Ha nacido Dios en cuerpo de niño!

¡ Fijaos muy bien en su luz y figura!

¡Busquemos muy dentro la ansiada ternura 

y obremos con amor y muestras de cariño!.


Escrito en Diciembre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".





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