martes, 22 de enero de 2019

Cima coronada de nubes

Entre las hebras del viento, se trenzan
los remolinos de aire, que transmutan
la inestabilidad de la meteorología reinante.

Como enredos de agua o sorprendida lluvia,
con la que juegan las nubes,
henchidas de gozo y resueltas
 a esparcir el agua, cual hisopo,
bendiciendo la tierra desde las alturas.

El algodón gaseoso no conoce el encierro
salvo cuando, amante fiel,
 rodea con su abrazo,
la cima de alguna montaña.

Entonces, a pesar de su húmedo beso,
la tierra viste sus verdes galas
de clorofilada textura y brilla como esmeralda,
bajo la tibia caricia del sol, tras la tormenta.

Escrito en Enero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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