en ese levitar de los hechos,
sobre algunas de las constancias
que quedaron olvidadas sobre la alacena.
Me cuestiono, si merece la pena
esta agonía entre dos luces
y si el pensamiento crece
o se queda sonámbulo, caminando
fuera de mi mente, entre las esferas opacas,
que ruedan dentro de lo cotidiano.
Ya no busco, ni hurgo
dentro de las conciencias,
el tiempo pasó sin remisión
y no queda siquiera, ni el remordimiento,
ni un sentimiento de culpa, para desayunar
desdenes.
El ánimo perdió su elasticidad,
e irremediablemente y sin quererlo,
me habéis dado la dureza, que sin quebrantos,
hiende la luz que adolece entre ventanales,
cuando la mirada reconoce las cenizas,
que son el resultado de una juventud
que se va consumiendo...lentamente.
Escrito en Enero 2019 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario