jueves, 18 de junio de 2020

Bajo su capa de armiño.

Allá por las remotas alas de sangre,
que se baten al viento, 
en un horizonte crepuscular .
El adviento retrasa sus últimas 
luces de invierno y un suspiro helado 
se extiende sobre los valles,
que pronuncian el eco de las nevadas cimas.


Insomne, el sol perece, y en su letargo 
hay un poniente de brazos en abandono,
durante una liturgia que reza silencios 
en la noche.

La memoria agrede con barbitúricas fantasías 
de enloquecidos gritos de júbilo,
que se ahogan en el licor de unos besos...
a la inestable capa desprendida 
desde un juicio no contemplado.

Es entonces, cuando sobre un mar 
de rumores, se mide  la inexactitud 
del tiempo o su demora.

Todo es calma sobre un papel secante,
que absorbe las ausencias, 
y mientras se marchitan los párpados,
se descubren nuevos horizontes 
en las sonrisas esbozadas.

Es invierno y la nieve cubre todos los pesares,
bajo su capa de armiño.


Escrito en Junio 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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