viernes, 5 de junio de 2020

En el cuenco de la mano.

En el cuenco de la mano cabe la alegría
de tomar la lluvia, que bendice los campos,
el bostezo retenido, cuando el aire
busca un nuevo asiento, ante el temor
de unas mandíbulas abiertas.

En el cuenco de la mano, migajas de pan
o el queso sólido, cuando la leche pierde
su juventud  de tierna madre y se convierte
en añejo cuerpo.

Manos como cucharas, para cocinar
los abrazos o estrechar la amistad en el tacto,
reteniendo el instante preciso, en el que
se apagan las estrellas, para lucir de nuevo
en las miradas.

Manos en cuencas o valles arados,
que sobre la piel, semejan parterres
o límites a franquear.
Sobre el cuenco de la mano, crecen
cinco hermanos poderosos,
capaces de realizar grandes obras
tan magníficas, como terribles.
Tan sólo entre ellos se escapan
las arenas del tiempo, que fluyen a través
de ellos como agua incontenida.

Escrito en Junio 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

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