martes, 4 de enero de 2022

Dando forma a nuestras esperanzas.

Nunca quise ayunar esperanzas, cuando 
se tiene hambre de libertad.
Los cerrojos no sirven en el amplio horizonte 
que  nace cada día en mi alma.
Bebo miradas amargas y tristes, agradeciendo 
el regalo de alguna sonrisa fortuita.


De nada sirve la oración, sin una voluntad 
de acción. En el vacío del alma tienen cabida 
todas las posibilidades, para llenar de dicha 
cada espacio inerte que pueda quedar
en nuestras vidas.


Quiero devorar el hambre del mundo,
hasta dejar el plato vacío y hallar el propósito 
que forja un sólido carácter en las mentes 
que van desgranando preguntas 
sin respuestas, porque el poder está 
en nuestras manos y sólo tenemos 
que amasar todas nuestras esperanzas,
para que nuestro mundo tenga 
la forma idónea, que aparece  
en nuestros sueños.

Escrito en Enero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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