lunes, 24 de enero de 2022

Enamorarse de quien no debemos.

La noche cae sobre mi, y en mis sueños,
gotea lágrimas de tristes recuerdos,
deshechos en jirones de estrellas, que un día 
se clavaron en mi alma.


Sólo  la muerte agradece el olvido 
sobre un lecho húmedo, y el musgo 
apacigua el febril impacto que queda
sobre las heridas, aún sin cicatrizar.


Las heridas del alma, siempre permanecen
abiertas, como ríos que fluyen  
con sus gélidas aguas, sobre la piel caliente 
de un cuerpo, que  trata de dormir  y mecerse 
en un imposible olvido.


Regresan a veces, imágenes vivas, en una 
constante tortura, sobre una conciencia 
que hilvana todos los errores cometidos,
en nombre del amor o la mala interpretación 
del mismo.


Cuando se ama, se pierde la razón 
y solamente, en el silencio de la soledad,
encontramos refugio.


Escrito en Enero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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