sábado, 15 de enero de 2022

En el fragor de la tempestad.

Voy como de la tierra al mar, sin atavíos,
intentando franquear esta tormenta,
que a los truenos y relámpagos sustenta,
evitando zozobrar con mi navío.


Voy  entre las olas con mis penas,
buscando  en el poniente, un horizonte 
de calma, donde se divise un monte
que me pueda liberar de mis cadenas.


A la razón le pido y le requiero 
la firmeza en el timón, serenamente,
pues en esta soledad, mi alma inocente 
se confunde en el fragor de un mar muy fiero .


Yo sé bien, que  en esta vida se navega, 
entre mares de calma y tempestades,
lo sé bien, y aunque mi boca no lo niega,
me asaltan estas tristes soledades.


Navego con mi fe y mis energías,
mis lágrimas se copian a millares,
formándose con ellas siete mares 
y trato de alcanzar mis alegrías.


Escrito en Enero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.   





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