sábado, 14 de octubre de 2017

El nacimiento de una melodía 

Álgida, la nota se eleva a poblar firmamentos

y recamar con su voz, el brillo de las estrellas.

Dunas en la sintonía, que conforman 

un oleaje de ondas sonoras, en un cromatismo 

que muestra el instrumento o la voz,

que navegan en el el aire, como peces

de escamas plateadas con brillos 

que tamizan y visten todos los vacíos

de raso.


Los oídos perciben la belleza 

en la caricia sónica o estruendo 

que desbasta el silencio con voz encendida 

o la suspensión de un acorde flotando.


Amanecer o tal vez, rotundidad que cae

en un abismo descendente, 

para resucitar de nuevo 

con el brillo de una nota, 

que hiere con su agudeza

el claroscuro de un cielo, que surge

desde el atrio de la mudez

hasta la dicotomía del ámbito musical.


Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito.”zuhaitz”.



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