sábado, 14 de octubre de 2017

Sorteando la maldad

Sorteando los anzuelos negros,

se puede llegar a la ósmosis 

de las emociones, cuando una vez

desprendido el nácar, se vé la naturaleza 

de la pared en la que nos apoyamos.


La actitud de la negrura, despide 

cierta toxicidad, es el resultado 

de un tinte de traiciones, que va nublando 

la luz y los recursos lumínicos 

de los aspavientos, por dejar libre

el espacio en que nos movemos.


Las jerarquías del mal nos mienten

esa punta de uña de escorpión 

que llevan en sus miradas 

y entonces, el canibalismo se nutre

de la ignorancia que sepulta el ánimo,

en frascos de esencias caducadas.


Los ojos se hunden en las cavernas 

del cráneo y el estornudo cierra un instante 

los párpados.

Es entonces cuando la autenticidad 

de lo manifestado, desaparece

de nuestro escenario.


Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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