sábado, 14 de octubre de 2017

Las huestes de la melancolía 

Amor en la contemplación de lo absurdo,

en la sinrazón de la razón, por el pulso

de amar y ser amado.


Huestes de la melancolía, 

dormidas gravedades o respiraciones agitadas 

bajo el denso humo 

de los sueños inconscientes.


Labio sobre labio, cuerpo sobre cuerpo,

tratando de imitar una copia a realizar,

no sobre nosotros mismos,

sino  sobre nuestros anhelos, 

que disparan salvas para ser vistos y oídos 

en toda la esfera celeste, 

de ese beso ardiendo en la boca

o la caricia, que de una levedad,

transforma un silencio en sonido o queja.


Queja de amor o latido, rescoldo último 

de una hoguera, donde el deseo arde,

alimentado por la pasión 

y cebado en la inconsciencia.


Sintiendo, solo sintiendo 

esa atracción  letal de astros,

a punto de nacer, en el momento 

en que cierras tus ojos, besas mis labios 

y nos fundimos en un abrazo.


Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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