Cómo hablar de Bilbao?
Si lo llevo en las venas y la melancolía
de sus viejas calles está en mi corazón
y baja con el fluir del Nervión,
en mi ánimo, para desembocar
en mis escritos, mar adentro.
¿Cómo explicar, qué una ciudad que fué gris,
puede llenarse en un instante con la luz
de miles de sonrisas?.
Desde Artxanda, vemos brillar el Guggenheim,
como un guerrero de brillante armadura,
bajo la estrecha vigilancia de la torre Iberdrola,
altanera y dominando desde su elevada altura,
todo los acontecimientos de la villa.
Tus cimientos son tus raíces,
piedras de años, que han guardado
almas de amores e inquietudes
y "susedidos txirenes", que han conformado
tu carácter.
Lo viejo y lo nuevo. El gris y rojo
del hierro oxidado y un fulgurante plateado
en su nuevo museo.
Se funden en la fragua de su acería,
toda una amalgama de voces, etnias
y ritmos de vida, bajo un mismo espíritu...
Una ciudad en progreso, que florece
gracias a sus fecundas raíces.
Escrito en Abril 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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