No finjas nunca bondad,
si por mucho disimulo,
eres un grano en el culo
que merma mi libertad.
No te creas superior,
empecinado en herir,
que un día habrás de morir,
preso en tu absurdo temor.
Ni el canto del ruiseñor
escuchará ya tu llanto,
ahogado en tu propio espanto
de un sino desolador.
Si no has sabido vivir
bajo unas reglas muy justas,
tu muerte, que tanto asusta,
te hará dos veces morir.
Una, por ley natural,
porque así, siempre perece,
lo que nace y lo que crece
terminando en un erial.
Otra porque la riqueza,
que no quisiste perder,
no te hizo comprender
tu egoísmo y tu torpeza.
Por ello tu mala suerte,
al no ver la realidad,
consiguió que tu maldad
vaya directa a tu muerte.
Sin más razón, ni motivo
que al crecer en las desganas
se malogra cuanto ganas
en la tierra de cultivo.
Escrito en Abril 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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