jueves, 13 de febrero de 2020

Esa tilde tan necesaria.

Amar sin agredir los cuerpos, ni corromper
las almas.
Ser una brizna de hierba en un campo
de extensas ternuras,
 con el verde de la inocencia
brotando y floreciendo.

Amar sin cuerpo, ni forma, surcar el aire
de un suspiro incontenido y apurar,
(Sin herir las retinas) el brillo diamantino
de tus ojos.

Esas miradas de agua que resumen
una emoción, que se forma en los instantes
en que la memoria ha de retener
en sus cauces más lúcidos,
mientras aventamos semillas de amor,
para que las aves que anidan en nuestra alma,
estén alimentadas con la ternura
de sus blondos granos.

Amar sin preguntas, ni respuestas,
sólo por el hecho de añadir
esa tilde necesaria, que cambia
todas las frases y palabras que componen
el libro de nuestra vida.

Escrito en Febrero 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".

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