sábado, 18 de julio de 2020

Ciertamente, habrá una Primavera.

La nieve cae sobre los párpados, mientras
se deshacen sus copos en las ávidas lenguas.
La sed saciada es de color y aromas
que huyeron del Arco Iris de la primavera.


El profundo sueño del invierno, deja paso
a un ignoto lugar a la esperanza, que tras
el blanco y gris invernal,
 anuncia un nacimiento que se desliza 
suavemente hacia la luz.

Es una manifestación, tras un largo periplo 
entre sombras y nieblas.
La luz recobrada inunda con la emoción 
del color, una latente alegría, que aletea
en aquellas almas que no desfallecen.


Sin promesas, ni huecos inertes,
sólo un estallido de dicha e iridiscencia,
que va saturando la frialdad del ánimo,
que exultante, se muestra 
como dádiva agradecida a los dioses,
rindiendo culto a esa posibilidad 
que vence toda incertidumbre.

Escrito en Julio 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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