martes, 5 de diciembre de 2017

Devorar para ser devorado 

Por llenar la tripa, el cerdo devora

la mano que lo alimenta y se somete 

a la suciedad en la que retoza, 

en su mezquina existencia.


Nada tiene que pensar, tan sólo seguir 

privado de su libertad, comer y engordar 

hasta que el amo decide,

que el valor de su vida se resume,

a vivir devorando, para más tarde

ser también devorado.

Escrito en Diciembre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




No hay comentarios:

Publicar un comentario