Absolutamente nada aparenta recrear
la realidad que siento como posible.
En la imagen que surge en mis pensamientos,
las gentes divagan, flotando en la nada,
como cadáveres sobre el río de la vida,
atesorando el musgo del tiempo
en sus memorias, para luego tratar
de olvidar quiénes fueron.
Todo se añade y agrega, hasta formar
una montaña de incongruencias,
que componen el bálsamo para soportar
el desgaste que sufrimos cada día
y ese diluirnos lentamente en el olvido.
Porque nadie hablará de nosotros
cuando hayamos muerto y los sepulcros
no caben en nuestras ocupadas mentes.
Escrito en Octubre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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