Ante el espanto del último pálpito de vida
y el temor que se cierne,
como una falaz sombra, sobre nuestra frente
que lucha, buscando una claridad
entre el asombro declarado...
Hemos de atacar a la profundidad de la noche,
con un salmo de estrellas
de brillantes notas
y percibir su reverberación,
como una respuesta a nuestra plegaria.
Se desprenden destellos de luz prisionera,
que liberan la energía necesaria,
para alimentar cualquier vacío en el alma
y aumentar la saciedad de ámbitos,
que en celestial conjunción,
logran que la fe, sea el principio
de toda creación partícipe
en todo conocimiento adquirido
o netamente empírico en el ser humano.
Escrito en Octubre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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