lunes, 1 de octubre de 2018

  Bellos glúteos 

Se unen como madejas sinuosas 

en el pecado de la carne.

Tal vez sea el reverso de una moneda,

que niega su propia realidad,

pero se apoya en su propio sustento 

y en la verticalidad de desciende 

desde su sensual forma, 

rítmicamente acompasada en un vaivén 

en el pausado caminar.


Todo es provocación ante la indiferencia,

en un apretado beso, que desciende 

desde el ánfora de las caderas 

y desafía la ingravidez de la cintura.


Al otro lado del valle que guarda

todos los silencios de un placer 

que no se nombra, 

existen dos eminentes promontorios,

desde los cuales descienden

dos columnas que sujetan toda la belleza,

que sólo tu cuerpo es capaz de mostrar,

cuando te giras y caminas hacia el sol,

alejándote de la sombra que proyectas 

sobre mi.


Escrito en Octubre 2018 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".



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