martes, 1 de junio de 2021

El otoño en mi alma y el invierno en mis sienes.

Ahora que el otoño se posa en mi alma 
y ha nevado en mis sienes, contemplo
una copa de vino en mis manos y tiene 
el color de la sangre.


Mis recuerdos se agolpan en mi mente 
y siento un frío dolor de hielo 
o acero punzante.
Bebo la copa de vino y su color rubí 
es similar a aquel atardecer de tu despedida.


Una lágrima rueda por mis mejillas, 
al apretar los párpados e intentar en vano,
borrar tu recuerdo y mi pena, anclados ambos
en mi pasado, pero cuyo musgo brota
y permanece en mi presente.


Rompí todas tus fotografías por despecho,
para mitigar mi dolor, pero aún quedan espinas
en mi corazón, que no logré sacar 
y en mi mente aparece tu imagen,
amarillenta y desgastada por el tiempo 
y la nostalgia.


Aún no he conseguido borrarte, porque 
no hay ataúd tan grande, para contener
y sepultar tantos recuerdos, tan sólo 
cuando sopla el viento 
o escucho el rumor de las olas, 
mi mente se abstrae y retorno al presente 
y a la dicha que un día me negaste.


Escrito en Junio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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