martes, 29 de junio de 2021

La flor de una amistad marchita.

Siempre hubo una flor sobre mi pecho 
y brotaba generosamente desde mi alma.
En un aguacero de emociones la cultivé,
regada con recuerdos imborrables.


Las semillas de la auténtica amistad 
han perseverado a través del tiempo,
creciendo su hojas y pétalos, coronados
por mis mejores deseos y pensamientos.


Sólo cuando han soplado vientos adversos,
se ha perdido el rumbo, y el respeto 
va muriendo lentamente.
Siento la podredumbre de una angustia 
que ha marchitado esta flor.


La amistad pierde su lozanía y se diluyen 
los momentos que dieron brillo
a sus pétalos en mis recuerdos y en mi vida.
No habrá flores sobre sus tumbas…
se marchitaron, como se marchitó 
la amistad que nos unía.
Tan sólo un breve epitafio, con pocas palabras
y muchas tristezas.


Escrito en Junio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.








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