pues no temo a la muerte, porque amando,
mi vida por ti, se va alargando,
pues en ti muere y en ti mi amor, renace.
Que no hay muerte más sentida, que el amor,
se vive, se sufre y esto te excita,
en una potestad, que resucita
el placer entre pesares o el dolor.
Me muero sobre el lecho y nos amamos,
me entrego a ti en un sueño, tan profundo,
que escapo de lo ingrato de este mundo
y al fin en el destierro, abandonamos.
Volvemos dulcemente sobre el lecho,
con besos y esas cálidas caricias,
que brotan de tu mano en mil delicias,
y ofrece su candor, tu dulce pecho.
Escrito en Febrero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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