viernes, 4 de febrero de 2022

Solitaria Melancolía.

Su mirada era un ave perdida entre la bruma 
de sus recuerdos. Respiraba con dificultad 
el polvo del camino, mientras arrastraba 
sus pies.


Tenía la voz rota, como hecha con cuerdas 
de una guitarra desafinada.
Se balanceaba en las ausencias
 y con resignado ademán, lograba 
que ardieran todos sus gestos olvidados,
en la hoguera de su trasnochada 
y precaria juventud.


La alegría  siempre  fue  un inquilino de paso,
que apenas visitaba sus cómodas habitaciones.
Sus ojos eran ventanas sin postigos,
desde donde fluían mares de salobres
lágrimas y se veía en su rostro, un cierto aire
de melancolía, cuando  caminaba solitaria,
entre calles marchitas, desnudas de gente  y
fríamente empedradas.


Escrito en Febrero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.





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