jueves, 13 de octubre de 2022

Acaso sea el último viaje de la vida.

Un hombre camina desnudo, bajo las hojas
de amianto  y no teme quemarse en el fuego,
porque  ignora que ya está ardiendo 
entre el boscaje mentido, de su infausta 
imaginación.


Que el verde tono de la hoja, no es amianto,
sino una vida muda, antes clorofilada
y ahora seca, como un voz afónica,
que al murmullo del río  exaspera.


Que ahora se va agotando el aire,
bajo la llama insomne de la ira fugaz 
del fuego.


Un hombre camina desnudo entre espinas 
y abrojos que hieren sus carnes,
pero  no lo percibe.
No aún, porque  sumido en su inconsciencia,
cree que  su latido produce  
la sangre necesaria para subsistir.


Sin una queja, camina y abraza en el aire,
las últimas constancias, antes de descender 
a  un mortal  letargo que va devanándose 
sobre su existencia y se enreda en su razón,
marchitando el último aliento exhalado,
antes de que  el perfume de la vida,
se extienda sobre un campo yerto
y el olvido rubrique su presencia,
antes de desaparecer por completo.


Escrito en Octubre 2022 por  Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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