martes, 18 de octubre de 2022

Cuando llegue ese día…

Cuando las aves tapicen el cielo y sus cantos
se eleven como una plegaria o un grito puro,
diáfano, inaudito.
Cuando la sangre toda, sea nuestra 
propia sangre y no ha de ser derramada,
porque ya…no nos quedaría…¡Nada!.


Cuando nos vistamos de honestidad 
y nos desnudemos de prejuicios.
Cuando no se exista el pecado 
y entiendo, que el error, por cometido,
quedará en mi razón, por asumido 
y así mismo paso a paso resolviendo.


Cuando mi mano y la tuya, sean una
en el esfuerzo y hoy sea un bien por ti
y mañana por mi.
Cuando no haya más remiendos 
ni en los pantalones, ni en las justas razones 
y del alma fluyan sólo buenas intenciones.


Cuando amanezca ese día, 
no han de existir las horas
perdidas en el olvido,
habremos por fin renacido,
Sin pausas, recesos, ni demoras.

Todo ha de ser compartido,
nadie hablará de miseria.
Seremos felices, porque nada se desplazará 
del eje de nuestro equilibrio.


Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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