la niebla.
Sus pasos no se sentían, pero dejaban
su huella. Incineraba segundos con cerillas
desgastadas.
Jamás se apostaba nada, porque quería ganar
y pensó que era perder, arriesgarse al apostar.
jugaba sobre seguro, con un efímero riesgo,
nada que fuera importante para su seguridad.
Difundiendo la verdad, cayó en el suelo
de bruces y fueron tantas las cruces,
que se olvidó santiguar.
No creyó en lo establecido, pues la duda
es algo amargo, muy duro y sin embargo,
necesariamente útil, para quien quiere avanzar
y crecer en esta vida, sin una actitud suicida,
sin parecer un inútil.
Escrito en Abril 2023 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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