del hacha, es leña abatida
en ese caudal de vida,
que se sufre en la inclemencia.
Fiero diente, fiero el filo,
por esa nefasta suerte
que deja la ingrata muerte,
su vida pende de un hilo.
Su forma fue lacerada
y en el suelo, pronto yace,
como una novia plantada
en el día de su enlace.
Cuando se empieza a vivir,
en un instante, que inerte
deja vacío la muerte,
e intenta sobrevivir.
Triste es su sagrado oficio
en el lugar preferente,
que tiene por referente
un inusual beneficio.
Fuera es su justa medida
la vida subyace al beso
de enamorado embeleso
al elogio de la vida.
Ignora, que se avecina
el fin de su existencia
y la Parca, con paciencia,
queda esperando en la esquina.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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