en su actitud desmedida
y se derrama la vida,
mientras se enturbia y se empaña.
Movidos por la inquietud,
queremos cambiar el mundo
y un pensamiento profundo
nace en nuestra juventud.
Creemos poder con todo,
en aras de una ilusión,
la primera decepción
es conocer que no hay modo.
Nuestro afán es a diario
encuentro en la soledad,
y no existe más verdad,
que es un gesto solidario.
Mas, se vive en la inconsciencia
de esa gran capacidad
de luchar con dignidad
desde nuestra resistencia.
Y perdemos la paciencia,
para llevar a la acción,
nuestra justa convicción
en toda nuestra existencia.
Pasa el tiempo y claudicamos,
por esa comodidad,
que malogra esa verdad,
por la que un día luchamos.
Desde el día en que nacemos,
nos debemos preguntar,
sí esta vida, sin luchar,
acaso la merecemos.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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