por motivo de abandono,
cosa que jamás perdono
cuando es tan deseada.
Agua fluyendo en la rada
o en el cauce que deriva,
todo un caudal, que aviva
el agua que es entregada.
Agua terrosa, que arrastra
arenas de la inconsciencia,
con el tesón y paciencia
que entre la acequia se lastra.
Azul agua en los dispares
ríos, que llevan afluentes
en dinámicas corrientes
que desembocan en mares.
Roja es el agua sanguina
de esa lengua que se calla
y sucumbe en la batalla
que cruelmente la asesina.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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