consiste en sostenerse sobre una pierna,
cuando todo lo demás nos pasa,
sobre la pierna que queda suspendida
en el aire.
Cuando la escarcha se posa sobre las sienes
y crees que todo tiene sentido, encuentras
que cada experiencia es única e irrepetible.
Se vuelve al origen en la niñez y no nos queda
nada más que un rescoldo ardiendo
en nuestra inquietud, pero todo pasa
tan rápidamente, que llegas a tocar el suelo
con tus alas.
Aprendiste a volar, pero nadie te avisó
de la dureza de la tierra, cuando se mojan
tus alas y te precipitas irremediablemente
al vacío.
Existe una red que te atrapa y se extiende
hacia tus pies y algo te ancla y sujeta
a la tierra, son unas obligaciones
que ignoraste y no pediste.
La vida no tiene horma ancha y en su camino,
tus pies se hinchan y tu mente se ablanda
entre las virutas de la consciencia.
Comienzas a olvidar todo aquello
que aprendiste y te vuelves a reinventar,
mientras te sea aún posible.
Escrito en Julio 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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